Sir thomas Jr.,junto con
el patrimonio familiar,también había heredado la caballeresca
costumbre de tomar café. Cada tarde, a primera hora ,convidaba a sus
dos mejores amigos (“Magallan” y “Blue Montain),en lo que el
denominaba la “Irish Party” de las four o´clock.
Unas cuantas millas mas
al sur, dos recién casados degustaban un suculento Capuccino. La
feliz pareja,conformada por David y Mónica, había sido una de las
últimas damnificadas por el agresivo telemarketing publicitario
navideño llevado a cabo por Nespresso.-George Clooney le hace tilín
a Mónica,debió pensar David,un marido resignado, en el momento de
adquirir la maquinita de moda-.
Pero dejemos los
privilegios y a los enamorados por el momento,y centrémonos en
Cristina. Cristina, sólo conocía tres formas de tomar el café:
Sólo,cortado y con leche. Muchos de Uds. pensarán ,que en mundo
empresarial, la figura de la “Secretaria” esta demasiado
mitificada. Yo sólo se,que en aquella planta nº27 ,en la torre
segunda del CTBA,el mito era ella.
Aquella señorita tímida
e inocente, que durante el periodo de formación y prácticas
acostumbraba a tomar el café sólo y a realizar horas extra,sufrió
una asombrosa mutación en el momento en que su contrato se tornó en
indefinido. Pronto empezó con los cortados .Y era tal la habilidad y
destreza que demostró tener en su preparación,que pronto todos los
jefecillos del lugar se la disputaban a mordiscos. Entre tanto
revuelo ,como era de esperar, acabó incándole los colmillos el jefe
jefazo, el Sr. Gutierrez,“El manda mas”,poniéndole a su
exclusivo servicio. Inevitablemente y de forma inercial, empezaron
las malas lenguas a difundir ...que si Cristina se había pasado al
café con leche,que si llevaba ya quince días largos,...que si ya no
probaba otra cosa...
Por desgracia para tan
ilustre jerarca empresarial ,como para otros tantos , los mensajes de
emergencia y los avisos llegaron demasiado tarde. Los cafés de
Cristina nunca fueron gratis. Quince empresas quebradas en apenas dos
años y una maquiavélica frivolidad, le habían llevado a alcanzar
una impresionante comisión bancaria que superaba las dos cifras-a
millones de euros me refiero- y lo que para ella era mucho mas
valioso,el bien merecido sobrenombre de la “Secretaria maldita”.
Aquella gélida mañana de noviembre Cristina salia por última vez
del despacho del Sr. Gutierrez, al que había exprimido hasta sus
últimas existencias económicas,y se dirigió hacia el ascensor . Su
Rostro y aquella tenue sonrisa transmitían muchas cosas:
Seguridad,satisfacción y firmeza...,como aquel que siente ese
indescriptible orgullo por la conclusión de un trabajo bien hecho.
Yo, como buen
ascensorista, le abrí la puerta y le invité a pasar. ¿ A que piso
va? -le pregunte-Pues todavía no lo se..¿ al cielo o al
infierno?...quién sabe jajaja...aguarda un momento-me respondió -Me
miró indecisa unos instantes y me increpó con cierta maldad-¿Te
gusta tu trabajo?... Llámenme susceptible si quieren,pero no me
callé....¿Y a tí?-le respondí-. Ahí empezó todo. Le hable de un
mundo distinto, un mundo sin subidas y sin bajadas..., sin ascensores
ni rodilleras... y del Retiro,un bonito parque ,al lado de un Gran
Prado en Madrid. - Inexplicablemente debí caerle bien ,porque me
respondió casi susurrante- Si quieres, te dejo invitarme a un café.
Y yo, tan poco acostumbrado a tan exquisitas oportunidades,opte por
aceptar . Me encontraba de repente,sin comerlo ni beberlo,en un grave
aprieto. Ya saben Uds. lo que pasa con el café ,sobretodo a las
personas, a las que como yo,desayunan nervios cada mañana.
No, no tenía muy claro
como quería Cristina el café. Así que, para no arriesgar demasiado
,y escuchando los sabios rumores populares, decidí ir a lo seguro:
Sí, un buen café con leche era la mejor elección. Pero ya saben
como es esto, a veces las cosas no salen como son de esperar....Y
tampoco me quería pasar con el azúcar. La cosa es que, entre tanto
nerviosismo, excitación, ajetreo y emoción , la cosa se me acabó
yendo de las manos. En vez del archiconocido y tradicional café con
leche, al que Cristina estaba acostumbrada (ya por adicción), el
azar lo acabó convirtiendo en una mixtura algo diferente: “Un
apetitoso café con nata”. Y Cristina, tan poco acostumbrada a
tanta dulzura, se enamoró de tan novedoso manjar.
“Finalmente ambos
habíamos cumplido nuestros sueños: Salud,Amor,dinero y El arte de
tomar café(aunque no necesariamente por ese orden)”.
Tendré que aficionarme al café.
ResponderEliminarBesos
Que peligro tiene Cristina.
ResponderEliminarSeguro que no es ministra?
gracias por pasaros por mi blog! 1beso maños;)
ResponderEliminarQue buena historia, me recordó a "El apartamento" un poco. A mi me gusta solo el café con leche.
ResponderEliminarBesos.
En el Perú tenhemos el mejor café del mundo, el TUNKY, es muy bueno.
ResponderEliminarsaludos.
URC,el cambio de blog se hará cunado cuelgue la próxima entrada.No me importa visitarte,pero siempre intento dejar un comentario y si no me comentan,lo doy porque no les interesa lo que escribo,nada más.
ResponderEliminarBesos.