Por Joe
Buenos días señoritas y
caballeros...
¿Estudiante?, ¿Con
arduas y cansadas jornadas de estudio?, ¿Temarios insufribles?...En
mi caso,tengo que contestar con un rotundo “SI” a todas estas
cuestiones . Pero también,ser estudiante de derecho reporta ratos
interesantes como este que voy a exponer a continuación. Y ,a pesar
de que el texto de hoy se extiende algo mas de lo habitualmente
establecido,merece la pena que lo leáis. Os invito, así mismo, a
que me deis vuestra subjetiva
opinión:“¿Zorrón o víctima?”...(
En la mía,sólo decir que me parecen profesiones difíciles estas de
jueces y abogados,...sobretodo viendo como anda el mundo
últimamente):
EL PAÍS -importante periódico español expone lo siguiente-
“Absuelto de violación por la pasividad de la víctima”
La Audiencia considera que la agredida "no exteriorizó de forma clara su falta de consentimiento" al acto sexual
ELENA G. SEVILLANO - Madrid –
19/12/2009
Raquel O. A. "no exteriorizó de forma clara
su falta de consentimiento". Es lo que argumenta una sentencia
de la Audiencia Provincial de Madrid para absolver a un osteópata
acusado de un delito de agresión sexual. Según la sala, la
"pasividad" de la víctima "reforzó la equivocada
idea del acusado de que estaba dispuesta a seguirle su juego sexual".
La fiscalía pedía para Francisco G. G. ocho años de cárcel y una
indemnización de 30.000 euros para la víctima.
"Quería gritar, pero no podía, quería
correr y tampoco", dijo Raquel al juez
Raquel había sufrido un accidente de coche y
tenía un esguince cervical. Aconsejada por un amigo, acudió a la
consulta del acusado, en la Clínica Sanar, el 26 de diciembre de
2006. Lo primero que hizo el masajista fue pedirle que se desnudara.
Raquel se extrañó, pero él le dijo que estuviera tranquila, que
llevaba 17 años de profesión. Se quedó en sujetador, bragas y
pantis. Empezó con masajes en la espalda. Después le pidió que se
diera la vuelta y continuó hasta que, en un momento dado, "le
dijo que se trataba de una mujer muy especial y que por eso le iba a
regalar un masaje sólo para ella, que se relajara y disfrutara, era
su momento", según recoge la sentencia.
El hombre se puso tras ella y empezó a
murmurarle al oído mientras le daba masajes en el brazo, que pasaron
a ser caricias y fueron bajando hacia el ombligo y los pantis.
Entonces se colocó junto a ella y le introdujo los dedos en la
vagina. "Raquel se incorporó para decirle qué haces, qué
estás haciendo", escribe el magistrado ponente. El masajista la
tumbó otra vez sobre la camilla "y bajándose los pantalones se
puso encima de ella para consumar el coito, eyaculando en su
interior", continúa la sentencia.
Después le introdujo los dedos en el ano y
cuando intentó penetrarla, Raquel "le pidió por favor que no
lo hiciera". El hombre, agrega el fallo, "cesó en ese
empeño y procedió a penetrarla de nuevo por la vagina, pero antes
ella misma le solicitó que se pusiera un preservativo". Hasta
ahí los hechos que el tribunal considera probados, como también
certifica las secuelas que sufrió Raquel: tristeza constante,
insomnio, dificultad de concentración, pérdida del apetito, baja
autoestima...
La sentencia recoge también el testimonio de
Raquel: "La sensación era de humillación, de indefensión, me
sobrepasaba, quería gritar pero no podía, quería correr y tampoco.
No podía moverme. Lo único que alcancé a decirle es que ya que lo
vas a hacer otra vez ponte un preservativo". Más adelante
relata: "Estaba bloqueada y con miedo, le dije que me quería
ir, y me contestó que no me iba a ir hasta que no me follara otra
vez, haciendo alusión a lo macho que era".
Para la abogada de Raquel, especializada en casos
de agresiones sexuales, lo que sucedió está claro y es muy
frecuente: "La víctima se bloqueó, y eso le impidió
exteriorizar la negativa". Asegura que "ese bloqueo quedó
avalado en informes de expertos, pero el tribunal no los valoró".
Al contrario, se desmenuza el relato de la víctima en busca de
contradicciones y comportamientos que, según el fallo, hicieron
creer al masajista que ella consentía.
Por ejemplo, Raquel explica que hubo un momento
en el que el hombre entraba y salía de la consulta. Fue entonces
cuando envió un sms a una amiga, un SOS. El magistrado escribe: "No
es entendible que su reacción no fuera vestirse y salir de allí".
Según la sentencia, "participó de una situación inesperada de
la que no supo responder" y su estrés postraumático fue
consecuencia "de su posterior sentimiento de culpa de no haber
reaccionado, lo que refuerza la hipótesis de que no expresó al
procesado que las relaciones sexuales no eran consentidas".
La sentencia
- "No parecía que Raquel se lo impidiera,
por lo que la probabilidad de que el procesado considerara que estaba
aceptando su proposición resultaba muy alta".
- "Sin duda el hecho de pedirle que se pusiera un preservativo pudo entenderlo el acusado como síntoma de que estaba consintiendo con el acto sexual".
- "Declaró que se sintió intimidada, si bien a renglón seguido añadió 'pero, bueno, entendí que era un profesional, y confiaba en él', cuando intimidación y confianza son antónimos. En efecto, quien se siente intimidado, esto es, con miedo, no puede confiar en quien le ha causado tal recelo".
ALGUNAS PUNTUALIZACIONES QUE EL PAÍS NO RECOJE:
-La sala se basa en el perfil profesional de la
mujer -ejecutiva de un laboratorio farmacéutico- y en el examen
psiquiátrico que se le practicó, y concluye que "es una
persona segura de sí misma y por ello con una sólida capacidad de
afrontar cualquier tipo de situación".
-El mensaje de texto: Si bien comenzaba con la señal
de socorro "SOS", continuaba con expresiones como "ME
HA PASADO UNA COSA QUE AUN LO FLIPO!" . "JO ¡ES MUY
FUERTE!".
- El tribunal dice que "se trata de un mensaje redactado de
forma coloquial. Es demasiado largo para los fines a los que se
supone que estaba destinado, esto es, a pedir auxilio ante una grave
situación. Además, no se infiere que pudiera estar sufriendo en ese
momento", ya que considera empleó unos términos más propios
para redactar una anécdota que un hecho grave.
Este ipo de temas me enconan demasiado cómo para ser objetiva.Se lo que és y me parece una aberración que a ese"engendro no le metan de por vida en la cárcel"Hay cosas que jamás entendré.
ResponderEliminarBesos.
Morgana que tonta eres, la pava era un puton y queria sacar más pasta.
ResponderEliminarPor favor, moderación con los comentarios.
ResponderEliminarEn los delitos de acción penal privada, la "probatio", muchas veces, se torna compleja. Abrazos.
ResponderEliminar¡Qué tengas un lindo día!
ResponderEliminarNos leemos,
Besos!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs muy difícil de probar, pero la actitud de la tía rara como poco...
ResponderEliminar