martes, 1 de febrero de 2011

El Arte de tomar café

Por Joe




Sir thomas Jr.,junto con el patrimonio familiar,también había heredado la caballeresca costumbre de tomar café. Cada tarde, a primera hora ,convidaba a sus dos mejores amigos (“Magallan” y “Blue Montain),en lo que el denominaba la “Irish Party” de las four o´clock.


Unas cuantas millas mas al sur, dos recién casados degustaban un suculento Capuccino. La feliz pareja,conformada por David y Mónica, había sido una de las últimas damnificadas por el agresivo telemarketing publicitario navideño llevado a cabo por Nespresso.-George Clooney le hace tilín a Mónica,debió pensar David,un marido resignado, en el momento de adquirir la maquinita de moda-.
Pero dejemos los privilegios y a los enamorados por el momento,y centrémonos en Cristina. Cristina, sólo conocía tres formas de tomar el café: Sólo,cortado y con leche. Muchos de Uds. pensarán ,que en mundo empresarial, la figura de la “Secretaria” esta demasiado mitificada. Yo sólo se,que en aquella planta nº27 ,en la torre segunda del CTBA,el mito era ella.
Aquella señorita tímida e inocente, que durante el periodo de formación y prácticas acostumbraba a tomar el café sólo y a realizar horas extra,sufrió una asombrosa mutación en el momento en que su contrato se tornó en indefinido. Pronto empezó con los cortados .Y era tal la habilidad y destreza que demostró tener en su preparación,que pronto todos los jefecillos del lugar se la disputaban a mordiscos. Entre tanto revuelo ,como era de esperar, acabó incándole los colmillos el jefe jefazo, el Sr. Gutierrez,“El manda mas”,poniéndole a su exclusivo servicio. Inevitablemente y de forma inercial, empezaron las malas lenguas a difundir ...que si Cristina se había pasado al café con leche,que si llevaba ya quince días largos,...que si ya no probaba otra cosa...
Por desgracia para tan ilustre jerarca empresarial ,como para otros tantos , los mensajes de emergencia y los avisos llegaron demasiado tarde. Los cafés de Cristina nunca fueron gratis. Quince empresas quebradas en apenas dos años y una maquiavélica frivolidad, le habían llevado a alcanzar una impresionante comisión bancaria que superaba las dos cifras-a millones de euros me refiero- y lo que para ella era mucho mas valioso,el bien merecido sobrenombre de la “Secretaria maldita”. Aquella gélida mañana de noviembre Cristina salia por última vez del despacho del Sr. Gutierrez, al que había exprimido hasta sus últimas existencias económicas,y se dirigió hacia el ascensor . Su Rostro y aquella tenue sonrisa transmitían muchas cosas: Seguridad,satisfacción y firmeza...,como aquel que siente ese indescriptible orgullo por la conclusión de un trabajo bien hecho.
Yo, como buen ascensorista, le abrí la puerta y le invité a pasar. ¿ A que piso va? -le pregunte-Pues todavía no lo se..¿ al cielo o al infierno?...quién sabe jajaja...aguarda un momento-me respondió -Me miró indecisa unos instantes y me increpó con cierta maldad-¿Te gusta tu trabajo?... Llámenme susceptible si quieren,pero no me callé....¿Y a tí?-le respondí-. Ahí empezó todo. Le hable de un mundo distinto, un mundo sin subidas y sin bajadas..., sin ascensores ni rodilleras... y del Retiro,un bonito parque ,al lado de un Gran Prado en Madrid. - Inexplicablemente debí caerle bien ,porque me respondió casi susurrante- Si quieres, te dejo invitarme a un café. Y yo, tan poco acostumbrado a tan exquisitas oportunidades,opte por aceptar . Me encontraba de repente,sin comerlo ni beberlo,en un grave aprieto. Ya saben Uds. lo que pasa con el café ,sobretodo a las personas, a las que como yo,desayunan nervios cada mañana.
No, no tenía muy claro como quería Cristina el café. Así que, para no arriesgar demasiado ,y escuchando los sabios rumores populares, decidí ir a lo seguro: Sí, un buen café con leche era la mejor elección. Pero ya saben como es esto, a veces las cosas no salen como son de esperar....Y tampoco me quería pasar con el azúcar. La cosa es que, entre tanto nerviosismo, excitación, ajetreo y emoción , la cosa se me acabó yendo de las manos. En vez del archiconocido y tradicional café con leche, al que Cristina estaba acostumbrada (ya por adicción), el azar lo acabó convirtiendo en una mixtura algo diferente: “Un apetitoso café con nata”. Y Cristina, tan poco acostumbrada a tanta dulzura, se enamoró de tan novedoso manjar.
“Finalmente ambos habíamos cumplido nuestros sueños: Salud,Amor,dinero y El arte de tomar café(aunque no necesariamente por ese orden)”.



6 comentarios:

  1. Tendré que aficionarme al café.
    Besos

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  2. Que peligro tiene Cristina.
    Seguro que no es ministra?

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  3. gracias por pasaros por mi blog! 1beso maños;)

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  4. Que buena historia, me recordó a "El apartamento" un poco. A mi me gusta solo el café con leche.

    Besos.

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  5. En el Perú tenhemos el mejor café del mundo, el TUNKY, es muy bueno.

    saludos.

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  6. URC,el cambio de blog se hará cunado cuelgue la próxima entrada.No me importa visitarte,pero siempre intento dejar un comentario y si no me comentan,lo doy porque no les interesa lo que escribo,nada más.
    Besos.

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