No soy racista, lo prometo. Pero en esta ocasión las circunstancias me obligaron. Esta claro que nadie elige al nacer el color de su piel como tampoco de sus ojos, ni de su pelo. Yo no puedo hacer nada ante eso. Y en esta ocasión, por mucho que doliese, resultaba imprescindible dejar sola a aquella negra.
Quizás en otro momento tenga más suerte, pero esta vez no. Había que aislarla del resto, no había otra elección posible, y yo era el elegido para pasar ese mal trago. Tracé la jugada perfecta para cumplir mi cruel objetivo y al final lo conseguí. Cuando la vi sola, con su reluciente y negra piel en mitad de la nada, sonreí con satisfacción. Seguía siendo un as del billar.
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Bonita carambola.
ResponderEliminarTe has ganado mi voto de genialidad.
Un saludo compañero.
Creo que nuestro compañero Tricia deberia callar respecto a temas de bolas negras...
ResponderEliminarGracias por vuestro apoyo, colegas
ResponderEliminarAhora que estamos empezando a despegar hay que mantener el nivel
Hola compañero Shakespeare in sex.
ResponderEliminarNo me parece correcto el apelativo masculino.
Por favor tratame con respeto, como a una señorita.
Un saludo a todas las bolas negras
Hay q ver!! lo q os gusta lo negro... jajajaja
ResponderEliminarEn el negro esta la verdad
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