lunes, 4 de octubre de 2010

La última profecía

por Berenjeno, el amable
                         No se de que me extraño. Desde que se me ocurrió consultar a la adivina sobre mi futuro, todas sus videncias se habían hecho realidad. Una por una… a su manera. Y ahora que me veo reflejado en el espejo comprendo que la última profecía también se ha cumplido:
- Guiarás a las masas hasta su felicidad y serás aclamado por miles de personas. Y así ha sido: he desempeñado como nadie la misión de llevar ancianos a Benidorm todos los meses, siendo recibido con aplausos cada vez que arrancaba el autobús
- Conocerás a una mujer que se moverá entre grandes cantidades de dinero. No puedo reprochar nada al respecto: la que, hasta hoy, ha sido mi esposa se desenvolvía como nadie por la caja fuerte del banco. Dejaba como los chorros del oro tanto el suelo como las paredes.
- Vivirás en una céntrica vivienda, luminosa y rodeada de jardines que tu vista no podrá abarcar. Aquí me tienes; en medio de un pueblo casi abandonado, en una chabola con tantas grietas que la luz del sol llega hasta el más ínfimo rincón. Eso sí: los verdes campos de mis escasos vecinos son una vista impagable.

                              Por eso te he dicho al principio que no se de que me extraño ahora que me miro al espejo por primera vez desde que salí del hospital. La silla de ruedas sobre la que me hallo postrado de por vida no es más que el resultado de lo que, en el último momento, me había augurado la adivina:
- Conducirás un vehiculo propio totalmente adaptado a ti mucho antes de lo que esperas
Y encima descapotable.

_____________________________________________
Más artículos de Berenjeno, el amable:

2 comentarios:

  1. Cruel como la vida misma
    Un beso compañero

    ResponderEliminar
  2. Shakespeare in Sex4 de octubre de 2010, 16:49

    Por lo menos no tienes el sida...no?

    ResponderEliminar